Libertad
- Ramón Ballesteros Maldonado
- 22 feb 2021
- 2 Min. de lectura
Según la RAE, la libertad es la facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos.
Que interesante a la par de simple y perfecta, por supuesto hay más, a la fuente me remito ( https://dle.rae.es/libertad), pero no deja de ser fascinante la última parte, que no la menos importante: "por lo que es responsable de sus actos".
La libertad implica miedo. Miedo a ser libres y responsables de nuestras propias decisiones. Jorge Bucay, en una magnífica entrevista con el gran Jesús Quintero, contestaba a aquel gran periodista:
- ¿nos asusta la libertad?
- Sí claro, por qué intuimos, con propiedad, que la libertad nos hace responsables.
Parece que hoy podemos hacer o decir lo que sea, no con el completo asentimiento a la responsabilidad, si no porque nos da miedo o terror las consecuencias de nuestros actos. ¿Qué me meten una multa? El culpable es el policía; ¿Qué si me detienen por reventar una tienda o saquearla? La culpa es del estado capitalista; ¿Qué si digo que alguien tiene que colocarle una bomba en un coche, clavar un piolé en la cabeza a éste u otro, o no me da pena un tiro en la nuca...? La culpa es de otro que me oprime mi libertad. Libre para decir lo que me da la gana, pero no a ser responsable ni de mis palabras ni de mis actos.
Eso no quiere decir que esté a favor de lo ocurrido hasta ahora, ni para uno ni para otros, pero en lugar de luchar por la libertad cierta gente vomita lo primero que le viene sin ser conscientes de sus palabras.
«No me llaméis para encabezar una manifestación contra la guerra, llamarme para una a favor de la paz».
Lástima de la prostitución de las palabras, aquellas que matan más que las guerras. Herramientas muy bien equilibradas en manos de psicópatas llenos de odio. Me recuerda a George w Bush con esa mascara de cera inmutable declaró la guerra a otro país y después dijo: «Que Dios os bendiga». No se mucho de política o de religión, pero apostaría mis gónadas a que Dios no tiene nada que ver con esto.
Todo el mundo puede hablar, hasta yo, pero creo que mis antepasados, aquellos que han vivido una guerra y posguerra atroz se levantarían de sus respectivas tumbas para darme la más grande de las palizas si utilizara un elemento como el saber o la escritura para promover odio. Uno de mis abuelos, lo único que decía de la guerra (tres años de campaña cruel) era: «Prefiero morir antes de ver otra guerra entre españoles, hermanos contra hermanos» así nos luce el pelo a aquellos que observamos como la frustración se materializa en odio por las calles».
Si a alguien hecho de menos es a mis abuelos, aquellos que no conocí lo suficiente, pero me alegra que no estén, al menos de cuerpo presente, para ver con vergüenza a donde nos dirigimos… otra vez.
Entrevista a Jorge Bucay.
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