Héroes sin capa ni antifaz
- Ramón Ballesteros Maldonado
- 23 may 2021
- 1 Min. de lectura
Queda menos para el fin de la pandemia y ojalá que hubiese llegado mucho antes, pero no puedo más que acordarme de todos los que se han ido, jóvenes, adultos y, sobre todo, los más ancianos; aquella gente que levantó un país tras una de las muchas guerras civiles que hemos tenido. Reconstruir España desde 0 es motivo de debate en ciertas universidades ¿tanta vergüenza tenemos de remover nuestros propios miedos? ¿Cómo una sociedad abocada a la incultura y la pobreza extrema pudo resurgir con esfuerzo, sudor y muchas lágrimas?
A esos héroes que fueron nuestros padres y abuelos les debemos lo que somos hoy en día y sin embargo, el fuego del ave fénix no logró destruir la casta de políticos corruptos, cantamañanas y zánganos que succionan la piel de toro hasta dejarla seca.
Nuestros mayores: desterrados, encerrados muchas veces en residencias para morir en soledad, en lúgubres lugares revestidos de buenas intenciones que ocultan intereses económicos en una mafia que se aprovecha de los agónicos tormentos de lo que una vez fueron hombres y mujeres como tú, lector, o como yo.
¿No hay nada más que podamos hacer?, ¿aprenderemos de nuestros errores para que los difuntos de ancianos no vuelvan a apilarse en las morgues o en los sótanos de las residencias? ¿Qué podemos hacer? ¡Qué podemos hacer…!
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